Gran profesor, mejor persona. Llenaste estas aulas con tu ilusión por la enseñanza. Tu alma libre acompañó la educación de muchos niños y niñas que aprendieron, junto a ti, a disfrutar de la lectura.
Hoy, nuestro cole está un poco más triste pero orgulloso de haber contado contigo y haber aprendido de ti.
Allá donde estés seguirás contando historias, haciendo magia y disfrutando de la naturaleza.
Juan Gallego, el Larra siempre se acordará de ti.